Las Historias o Stories son una de las herramientas más potentes de Instagram y que las empresas, negocios y marcas deben utilizar sí o sí por su gran repercusión pero, sobre todo, por su gran valor en la comunicación digital.
Según los datos, las personas están en la red social entre 24 y 32 minutos solo para ver los stories y, uno de cada cinco recibe respuesta o reacción. Con ellos se llega a más gente, se muestra en un plazo corto de tiempo una idea, un proyecto, un servicio… y, quien lo visualiza, presta mucha más atención a lo que está viendo y no se limita solo a dar like. Todos, al fin y al cabo ‘cotilleamos’ y de esa manera, estamos al tanto de todas las novedades además de ser una herramienta cercana y de tú a tú, lo que gusta en las RRSS y a los usuarios de las mismas.
Además, es muy importante interactuar con los stories de las cuentas que se sigue para, de esa manera, aumentar posicionamiento y feedback y que nuestros stories siempre salgan de los primeros a nuestros seguidores para que puedan interactuar con nosotros ellos también. Así se gana al algortimo, se genera imagen de marca y reputación online, así como una correcta Comunicación Digital.
Es justo por ello por lo que hay que estar siempre activos en los mismos y son, casi, más importantes que las publicaciones en el muro o feed para una correcta estrategia de comunicación digital. Podemos:
Publicar fotografías de forma normal.
Redireccionar nuestras publicaciones o las de perfiles que nos gustan para que nuestros seguidores las conozcan.
Publicar vídeos de máximo 10″.
Crear cuestionarios y encuestas, así como votaciones. Con ello los seguidores participan, se sienten queridos y aumenta la reciprocidad.
Los stories son pensados justo por la corta duración, se enfocan y dirigen a un público determinado. Son rápidos de ver y de entender y no todo el mundo tiene tiempo de pararse a ver una publicación, leerla o, en ocasiones, tarda días en verla porque el algoritmo no lo muestra. Así que…¿Vamos a ello?
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